Tengo media hora para cambiar las cuerdas y afinar, 
familiarizarme con el local, 
darme una vuelta por el bar 
y mantener una conversación sin palabras con las chicas del lugar. 
Mal soplo. 
Me pongo a tocar la guitarra. 

Dicen que a Jonás se lo tragó una ballena, 
pero creo que no hay nada de cierto en esa historia. 
Yo sé que a Jonás 
se lo tragó una canción. 

Nadie renuncia a sus sueños con facilidad. 
Todos se aferran e ellos con fuerza. 
Calor para combatir el frío. 
Un año más viajando por este circuito 
y luego me haré de oro. 

Dicen que a Jonás se lo tragó una ballena, 
pero creo que no hay nada de cierto en esa historia. 
Yo sé que a Jonás 
se lo tragó una canción. 

Ésto está dedicado a aquellos chicos que aparecieron por todas partes, 
llevando sus delicadas guitarras en fundas de cartón 
durante toda la noche. 
¿No te preguntas qué ha sido de esos chicos? 
¿No te preguntas que ha sido de esos chicos?