Estoy sentado en la estación de ferrocarril
con un billete hacia mi destino,
en medio de esta gira de una actuación por noche,
llevando en la mano mi guitarra y mi maleta
y cada etapa está cuidadosamente pensada
para hacer de poeta y de hombre orquesta.
Camino de casa,
ojalá estuviera ya
camino de casa.
Mi casa, a donde huyen mis pensamientos.
Mi casa, donde suena mi música.
Mi casa, donde mi amor me aguarda
en silencio.
Cada día es una cadena sin fin
de cigarrillos y revistas.
Y cada ciudad me parece la misma,
las mismas calles, las mismas fábricas,
y cada rostro extraño que veo
me recuerda que estoy deseando de estar
camino de casa,
que ojalá estuviera ya
camino de casa.
Mi casa, a donde huyen mis pensamientos.
Mi casa, donde suena mi música.
Mi casa, donde mi amor me aguarda
en silencio.
Esta noche volveré a interpretar mis canciones,
seguiré la corriente y fingiré.
Pero todas mis palabras retornan hasta mí
en forma de sombras de mediocridad
como si fueran una nada melodiosa.
Necesito que alguien me consuele.
Camino de casa,
ojalá estuviera ya
camino de casa.
Mi casa, a donde huyen mis pensamientos.
Mi casa, donde suena mi música.
Mi casa, donde mi amor me aguarda
en silencio